miércoles, 11 de enero de 2012

El hambre y la producción de alimentos




Es un debate constante en estos tiempos cuando se habla de abastecer alimentos a toda la población mundial presente y futura, y es que las cifras siempre han causado revuelo; estas, en la mayoría de las veces, son un punto constante para la justificación de la agricultura más devastadora de las últimas décadas y comprobada científicamente como una principal causante del cambio climático; esta, que por ser súper intensiva no puede durar más que unas décadas más mientras dure el petróleo, del que depende enteramente.

Dentro de este debate de abastecer a la población de alimentos, surge para muchos, la interrogante de lo que está pasando en estos momentos, es importante saber cómo estamos organizados los seres humanos en la actualidad con respecto al abastecimiento de alimentos en el mundo porque partiendo de esto podremos conocer nuestras fallas y mejorar la calidad de vida de nuestras futuras generaciones; por tanto, empiezan a surgir preguntas que buscan encontrar el contexto actual.

En primer punto se debe analizar si el modelo de agricultura que domina contemporáneamente, ha funcionado bien para los propósitos que estaba y “esta” destinada; desgraciadamente las cifras que ha arrojado hasta el momento son tristes. Según el fondo de desarrollo de Noruega, más de un millón de personas sufre hambre permanentemente y el 75% de ellas son productoras de alimentos, esto presenta una gran ironía, ¿Cómo puede ser posible que las personas que están en contacto directo con el alimento, que lo producen, que lo cosechan y venden, son las personas que más hambre sufren? Y es que del hambre surge el vínculo directo con la pobreza, casi la mitad de la población mundial (3 mil millones) son pobres, la mayoría vive en áreas rurales y están ligadas a la agricultura y otras formas de producción alimentaria.

Cada año aumenta la cantidad de alimentos y según los estudios de la Organización Mundial de la Salud junto con la FAO, existen suficientes alimentos como para que a cada persona nos toquen las suficientes kilocalorías necesarias para vivir. Se dice que para el año 2050 tendremos que aumentar un 70% el consumo de alimentos pero no se analiza ¿Por qué si tenemos ahora suficiente comida, no todos tenemos acceso a ella?, esto resulta claro cuando los estudios afirman que el promedio de consumo de carne anual por persona es de 43kg y existen países que están consumiendo 120kg mientras otros apenas 5kg, además de esto existe un desperdicio de alimentos creciente en países como E.U. y según Tristan Stuart (autor del libro  Waste) 1.5 millones de personas se pueden alimentar con todo lo que desperdician de alimentos E.U. y Reino Unido; sin embargo, nuestro país a pesar de ser un país en desarrollo desperdicia 23 mil toneladas diarias ;entonces, ¿Qué solución puede ser la más adecuada? Si los países industrializados redujeran su consumo de carne y las pérdidas post cosecha se pudieran reducir, solamente habría necesidad de aumentar la producción de 20 a 50% según el Fondo de desarrollo de Noruega, sin embargo, las cifras se pueden reducir aún más si consideramos que además de los escasos 20 productos alimenticios principales que se comercializan en el mercado mundial, existen miles de especies vegetales y cientos de especies animales que consumían nuestros abuelos y antepasados, es importante mencionar que una gran cantidad de estas especies, son consideradas por la agricultura industrial como plantas indeseables que hay que exterminar completamente cuando aparecen junto a los cultivos que convencionalmente comemos.

En conclusión, este tema del hambre y la producción de alimentos se puede analizar desde diferentes perspectivas, pero si vemos “alimentar a la gente” solo como acción pasiva de producir “x” cantidad de alimento y entregarlo, podremos perder la visión de lo que realmente sucede, también es necesario abrir una reflexión en torno a lo triste y doloroso que es tener hambre y llegar a imaginar a toda esta gente que no tiene por qué sufrir esta suerte, yo me he sentido muy mal por un día sin comer bien y no puedo imaginar toda una vida con la sensación de vacío. En definitiva el respeto a estas personas que están sufriendo puede comenzar en nuestras mesas al reflexionar si estamos comiendo más de lo que nos corresponde solo por gula y comodidad y si dejamos la mitad del plato en un restaurante para que se vaya directo al basurero sin valorar el precio real de nuestras acciones. 

Entonces….¿Realmente hace falta el alimento?, ¿Es viable seguir con los patrones actuales?, ¿Podremos comenzar a ayudar, cambiando nuestros hábitos?, ¿Está fallando la producción, o el hombre? estas serán preguntas que solo usted podrá responderse.


Referencias bibliográficas

Toledo, A. 1998. Economía de la Biodiversidad. Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. México D.F., México. 209p disponible en línea en http://www.ambiente.gov.ar/infotecaea/descargas/toledo02.pdf
 
Fondo de Desarrollo  Utviklingsfondet. 2010. Un futuro alimentario viable. Oslo, Noruega. 66 p disponible en línea en www.moreandbetter.org/file_download/.../future-esp-web-print.pdf
 
Comisión de derechos humanos del estado de México. 2011. DH magazine. Desperdiciar, un tema con grandes complicaciones 16 p. Estado de México. México.

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